Una chamarra de piel genuina no es una compra, es una inversión. En Gerhel, como expertos originarios de León, la capital de la piel, sabemos que el cuidado adecuado es clave para que tu prenda te acompañe toda la vida.
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Limpieza Básica: Olvídate de la lavadora. Para el polvo y la suciedad superficial, usa un paño suave y seco. Si hay una mancha leve, humedece ligeramente el paño con agua y jabón neutro, y frota con movimientos circulares muy suaves. Seca inmediatamente con otro paño.
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Hidratación, el Secreto de la Eterna Juventud: La piel es un material natural y necesita hidratarse para no agrietarse. Cada 3-6 meses, dependiendo del uso y el clima, aplica un acondicionador especial para piel. Usa un paño limpio para esparcir una capa fina y uniforme del producto. Déjalo absorber por unas horas y luego pule suavemente con otro paño seco para retirar el exceso. Esto mantendrá su flexibilidad y brillo.
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Almacenamiento Correcto: Nunca guardes tu chamarra en una bolsa de plástico, ¡la piel necesita respirar! Utiliza un gancho de madera ancho que soporte bien la forma de los hombros. Guárdala en un lugar fresco y seco, lejos de la luz directa del sol, que puede decolorar y resecar el material.
- ¿Y si se moja?: Si te sorprende la lluvia, nunca la seques con un secador de pelo o la pongas cerca de un calefactor. Cuelga tu chamarra en su gancho a temperatura ambiente y deja que se seque de forma natural. Una vez seca, es probable que necesite una ligera capa de acondicionador.
Siguiendo estos sencillos pasos, asegurarás que tu chamarra no solo se mantenga, sino que desarrolle esa pátina y carácter únicos que solo el tiempo y el buen cuidado pueden dar.
